miércoles, 1 de diciembre de 2010

Poesía de los Ancianos




Que pena es llegar a viejos 
Sin tener quien nos comprenda.
Los Hijos nos ven de lejos.
Los nietos no nos recuerdan.
Y con las piernas arrastras.
Y una terrible ceguera.
Caminamos paso a paso.
Arqueando las caderas.
Yo pido a la providencia.
Haber si de mi se acuerda.
Por que ya no puedo más.
Con esta horribles cadena.
Los hijos ya no nos quieren.
Los nietos ya nos desprecian.
Sin pensar que poco a poco.
Correrán la misma senda.
Nadie nos puede tener.
Tienen la casa pequeña
Pequeño es su corazón.
Y maltrecha su conciencia.
Y si por nosotros preguntan.
Ellos alegres contestan.
Llenos de satisfacción.
Están en la Residencia.
Es nuestra segunda casa.
Puesta por la providencia
En ella vivimos unidos.
En la alegría y la pena.
Esperando una visita.
De cariño que no llega.
Y si llega llega tarde.
Y el reloj parado queda.
Nos vamos para el otro mundo.
Agotados por la pena.